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Béisbol

Yankees ante desconcierto, decepciones y desesperación de exigentes fanáticos que contemplan naufragio

Por Miguel Pichardo/retodeportes360.com

SANTO DOMINGO.– Las imágenes de televisión salidas desde la cueva de los Yankees mostraban rostros que el lenguaje corporal podría definir de desconcertados, el mánager Aaron Boone dando pasitos en distintos ángulos mientras sólo atinaba a tocarse la gorra una y otra vez, jugadores en la banca que parecían no creer lo que está ocurriendo, y unos desesperados fanáticos en las gradas ya silenciados desde hace buen tiempo con el equipo tirando patadas del ahogado por evitar terminar en el sótano de la División Este de la Liga Americana.

El mánager Aaron Boone.

Y no es para menos, con los rayados cargando sobre sus debilitados hombros una cadena de cinco derrotas consecutivas, incluyendo las últimas series contra los Marlins y los Bravos de Atlanta. Siendo barridos por los Bravos, la escuadra de Boone sufrió su séptimo revés en los últimos 9 partidos en giras.

El revés dejó a los Yankees (60-61) por debajo de .500 por primera vez en el 2023. Se mantienen a 6.5 juegos de Toronto en la lucha por el último puesto del comodín de la Liga Americana. Es lo más avanzado en un año que Nueva York se ha visto por debajo de .500 desde el 5 de septiembre de 1995, cuando también sumaba récord de 60-61.

Tan decepcionante fue su gira ante los Marlins, con dos derrotas consecutivas en tres encuentros, como su reciente visita de tres días esta semana al Truist Park de los Bravos, donde recibieron primero una paliza de 11-3 y luego dos blanqueadas al hilo. En ese escenario fueron sobre anotados 18-3.

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La realidad de los Yankees sigue siendo la misma: Su principal astro Aaron Judge, con 42 partidos perdidos por una lesión en un pie, no ha lucido nada con el madero al hombro, a tal punto que ya su presencia en el plato ya no genera el temor de antes.

Giancarlo Stanton.

Y qué no decir del toletero Giancarlo Stanton, DJ LeMahieu, el desinflamiento de quien después de Judge ha sido quizás el más consistente, Gleyber Torres; el doy y me apago de Harrison Bader y inicialista Anthony Rizzo, así como las debilidades en la antesala con Josh Donaldson (en lista de lesionados), los jardines con caras nuevas en cada posición casi a diario, la receptoría con su mejor hombre José Treviño en el hospital, e incluso la obligatoriedad del sube y baja de jugadores del nivel de Triple A al equipo grande, son todos factores generadores de desconcierto, decepciones, incordinaciones y demás.

A todo ello hay que sumar otra herramienta clave: el cuerpo de abridores donde, con excepción del astro Gerrit Cole, los demás no han podido responder como el club y los fanáticos esperaban, incluyendo al recién llegado zurdo Carlos Rodón, quien ha sido abuchecos al igual que el dominicano Luis Severino. Este último con cuatro derrotas en igual número de aperturas consecutivas y una efectividad por las nubes de 7.98.

La otra carta de triunfo, el cubano zurdo Ernesto Cortés en lesionados de lesionados, y el también quisqueyano Domingo Germán, con un no hitter recién logrado, pocos días después fue enviado a un centro para someterlo a un tratamiento contra el alcoholismo.

Con una alineación casi en su totalidad dormida, con la mayoría de sus jugadores arrastrando el madero en sus anémicos promedios: LeMahiue (.242), Stanton (.201), Kinner-Falefa (.254), Bader (.259), el novato Anthony Volpe (.213) y el principal receptor Kyle Higashioka (.230), no mucho se puede hacer. Solo los .281 de Judge y .265 de Torres se les pudiera llamar puntos «luminosos».

Brian Cashman en la mirilla de los fanáticos de los Yankees.

También el gerente general Brian Cashman ha sido castigado con permanentes críticas porque se entiende que no movió un dedo cuando podía antes de la fecha límite de cambios, para inyectar sangre nueva a una alineación anémica, un cuerpo de abridores con una sola luz (Cole), un bullpen súper trabajado, las decepcionantes actuaciones ofensivas de la mayoría de la plantilla y las claras debilidades que se observaban en la antesala, la receptoría y los jardines. Esa debilidad gerencial podría costarle el puesto a Cashman, pues ya comienza a hablarse que el ex torpedero Derek Jetter podría ser su posible sustituto en cualquier momento.

Como se ve, el escenario de los Yankees, con una de las nóminas más altas en el béisbol de las Mayores, no pinta nada halagüeño en momento en que está a 6.5 juegos en la lucha por lograr, no sólo uno de los comodines que se disputan en el joven circuito, sino evitar quedar fuera de los playoffs por primera vez desde la temporada de 2016.

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