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Béisbol

Japón vence a EE.UU y se corona campeón del Clásico Mundial de Béisbol

Los asiáticos, liderados en el noveno inning por el relevo del fenómeno Shohei Ohtani, alcanzaron el título de manera invicta, su tercera corona en la historia del CMB.

Por Miguel Pichardo/retodeportes360.com

SANTO DOMINGO.Munetaka Murakami y Kasuma Okamoto fletaron jonrones solitarios y seis lanzadores asiáticos se combinaron para frenar la poderosa alineación de Estados Unidos, y Japón venció 3-2 para coronarse campeón de manera invicta en el Clásico Mundial de Béisbol disputado en el LoanDepot Park de Miami, Florida.

Shohei Ohtani tras ponchar a Mike Trout con misiles sobre las 100 millas por hora.

El equipo japonés marcó dos carreras en el segundo episodio frente al abridor estadounidense Merrill Kelly, la primera por jonrón solitario de Murakami y la segunda producidas por Lars Noobars en batazo por la inicial que remolcó Okamoto. La tercera carrera vino en el cuarto capìtulo por cuadrangular solitario de Okamoto ante el zurdo Kyle Freeland.

Japón, con marca de 7-0, conquistó así su tercera corona en CMB (2006-2009 y 2023), además de empatar con la República Dominicana como los únicos dos países que se han coronado de manera invicta. Los quisqueyanos lo hicieron en el 2013.

Japón es el único equipo en ganar múltiples campeonatos y mejoró a 30-8 en todos los tiempos en el CMB.

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Japoneses celebran su tercera corona en CMB.

La poderosa alineación estadounidense anotó su primera carrera por cuadrangular de Trea Turner en el segundo episodio, pero de ahí en adelante el bullpen japonés puso el freno y no fue sino hasta llegar al octavo cuando volvió a pisar el plato por otro aldabonazo de Kyle Schwarber frente al relevista Yus Darvish.

En el noveno, el dirigente japonés Hideki Kuriyama envió a la lomita al estelar Shohei Ohtani, quien después de conceder transferencia a Jeff McNeil, dominó al peligroso Mookie Betts con rodado por el campo corto para una fácil doble matanza 643 y, a seguidas, vino la historia cuando enfrentando por primera vez en su carrera a su compañero de equipo en Los Angelinos en las Grandes Ligas, Mike Trout, lo ponchó con lanzamientos sobre las 100 millas por hora para acreditarse juego salvado.