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Béisbol

Erick Abreu afirma festival de lesiones en GL es consecuencia de exigencias desmesuradas a temprana edad

Por Miguel Pichardo/retodeportes360.com

SANTO DOMINGO.– La recién iniciada temporada del béisbol de las Grandes Ligas atraviesa por una inédita situación de múltiples afectaciones de salud de decenas de lanzadores con padecimientos tan graves en el codo o en el hombro del brazo de lanzar, que han tenido que abandonar a sus respectivos equipos y pasar del montículo al quirófano para someterse a la famosa cirugía Tommy John para reparar los ligamentos dañados.

Es tan alto el número de lanzadores afectados, la mayoría con roles estelares en las rotaciones de los conjuntos que representan, que hoy se habla de una epidemia que ha sacado de acción a figuras clave como Justin Verlander y el dominicano Framber Valdez, en los Astros; Gerrit Cole, de NY Yankees, Spencer Strider, de los Bravos de Atlanta, Bobby Miller, de los Dodgers de Los Angeles, Sandy Alcántara y Eury Pérez, de los Marlins de Miami, para sólo citar algunos cuya presencia es fundamental en las aspiraciones de sus organizaciones de alcanzar los playoffs y, por qué no, obtener el boleto en una Serie Mundial.

Con una frecuencia pasmosa aparece la noticia de la salida de un lanzador por afectaciones en su brazo, en la mayoría de los casos teniendo que abandonar por el resto de la temporada para dar paso a la famosa cirugía reconstructiva.

Mientras el número de lesiones crece como bola de nieve en una pendiente, los diferentes sectores envueltos en la centenaria liga de béisbol, como los directivos de las Ligas Mayores y la Asociación de Jugadores, mantienen opiniones encontradas al respecto. El presidente del sindicato de jugadores, Tony Clark, ha acusado al uso del reloj por la epidemia de lesiones, en tanto que el equipo técnico operativo de MLB lo descarta al asegurar que el problema viene desde antes de aplicación de la nueva regla del reloj en la temporada de 2023.

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El dominicano Sandy Alcántara, de los Marlins.

Retodeportes360.com hizo contacto exclusivo con el técnico dominicano Erick Abreu, recientemente designado jefe de bullpen (coach) del equipo grande de los Bravos de Atlanta, para conocer su autorizado parecer al respecto. De inmediato Abreu aseguró que el uso del reloj ha venido a acelerar un problema viejo que se ha desarrollado en las pequeñas ligas y academias de béisbol, por las desmedidas exigencias que se hacen a los lanzadores a temprana edad.

«Esos muchachos reciben una fuerte presión porque los ponen a hacer cosas para las cuales sus cuerpos aún no están lo suficientemente preparados como alta velocidad tanto en pitcheos en los diferentes tipos de rectas (dos, tres o cuatro costuras) y hasta con los rompientes (curva, slider, sinker, etc.)», agregó Abreu. «Si no logran altas velocidades en la recta y en los pitcheos rompientes, ni los miran más».

Consideró que el lanzador joven va acumulando toda esa gran carga en el brazo (muñeca, codo y hombro) y cuando llegan a profesionales es peor aún, obligados a tirar constantemente lo más duro posible y cualquier tipo de lanzamiento, porque se cree que la velocidad es lo único que funciona y que merece la pena atender.

Eury Pérez, de los Marlins.

Explicó que la mayoría de los lanzadores jóvenes llegan a profesionales con desgastes en las articulares de los codos y los hombros por esos esfuerzos desmedidos a que son sometidos cuando se están iniciando en el béisbol.

«Para mí, el reloj sólo ha acelerado el proceso de desgaste que acumulan los lanzadores durante años, ya que el lanzador tiene menos tiempo entre pitcheo y picheo, lo que incrementa la cantidad en un brazo que no tiene respiro en el juego,» agregó.

Abreu, nativo de Santo Domingo en la República Dominicana, consideró que deberían haber mayores controles y monitoreos de la carga de trabajo que se les asigna a los lanzadores en todos los niveles en las pequeñas ligas, en la secundaria y en las universidades para frenar el grave problema «porque se les exige demasiado, a veces y, lo que es más peligroso aún, a muy temprana edad.»

Trider Spencer, de los Bravos.

Precisó que «el reloj lo empeora todo, pero, la mayoría de las veces ese daño en los lanzadores viene de un proceso gradual desde que son adolescentes, sólo que cuando llegan a nivel más alto y exigente como las Grandes Ligas, es cuando se descubren las lesiones en alguna parte de su brazo de lanzar.»

Abreu señaló que las lesiones se están presentando igualmente en lanzadores ya veteranos y en otros más jóvenes con algunos años de experiencia en las Mayores, «porque unos son más fuertes que otros para soportar la carga que reciben por más tiempo.»

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El experimentado técnico dominicano reiteró que «hoy día los niños son sometidos a entrenamientos cada vez más exigentes a temprana edad, y por eso llegan las lesiones más adelante en los niveles más altos.»

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